Dos batallas brutales defiel próximo año. Uno amenaza con destrozar los cimientos de la economía global. El otro podría reescribir el futuro de la inteligencia artificial.
En un frente: Donald Trump, eldentelecto, dispuesto a arrasar con Jerome Powell y la Reserva Federal en materia de tipos de interés. Por el otro: Elon Musk y Sam Altman, dos antiguos aliados convertidos en enemigos, enfrascados en una guerra por OpenAI, xAI y el control de la industria de la IA.
El problema de Trump con Powell
La primera ronda de Trump y Powell no fue agradable. Durante su primer mandato, Trump criticó a la Reserva Federal y a Powell por no recortar las tasas de interés lo suficientemente rápido, calificándolos de “tontos” y “enemigos”. Incluso planteó la idea de despedir a Powell y trató de llenar el directorio de la Fed con personas leales que cumplieran sus órdenes.
No funcionó. Powell se mantuvo firme y las tasas no cayeron a los niveles cero que exigía Trump. Ahora Trump ha vuelto, y también la lucha. Durante su campaña, Trump prometió “recortes en las tasas de interés como nunca antes se habían visto”.
Eso es fantástico para los votantes que se ahogan en costosas hipotecas y deudas de tarjetas de crédito. Pero son malas noticias para Powell, quien ha pasado años tratando de controlar la inflación. La Reserva Federal aumentó agresivamente las tasas de interés en 2022 y 2023, tratando de enfriar una inflación galopante. Los costos de endeudamiento se dispararon y la economía se desaceleró.
Pero la inflación sigue siendo más alta de lo que Powell quiere. Las tasas actualmente se ubican en 4,6%, y la Reserva Federal planea reducirlas lentamente, alcanzando 3,4% para fines de 2025. Eso no está ni cerca de las tasas cercanas a cero que Trump quiere.
La situación económica lo complica todo. El crecimiento estron. Los empleos son estables. Pero la inflación aún persiste. Los planes económicos de Trump podrían empeorar las cosas.
Quiere imponer nuevos aranceles a sus socios comerciales y deportar inmigrantes, medidas que podrían hacer subir los precios y endurecer el mercado laboral. Aranceles más altos significan costos más altos para las empresas y los consumidores. Menos trabajadores significan aumento de salarios, lo que alimenta la inflación.
A Trump no le importan los matices económicos. Quiere resultados. Prometió a los votantes costos de endeudamiento más baratos y golpeará a Powell hasta que los consiga. Si Powell se niega, Trump podría intentar despedirlo o nombrar una junta de la Fed lo suficientemente leal como para ganarle en votos. La independencia de la Reserva Federal está en una cuerda floja.
Diciembre podría ser el primer campo de batalla. Se espera que la Fed vuelva a recortar las tasas en cualquier momento y publique sus pronósticos económicos. Es probable que esas proyecciones muestren recortes más lentos, exactamente lo contrario de lo que quiere Trump. Si los recortes no son lo suficientemente profundos, la frustración de Trump se hará pública, como la última vez.
¿Recuerdas 2019? Trump estaba atacando a la Reserva Federal incluso cuando ésta estaba bajando las tasas. "Sería fantástico si la Reserva Federal bajara aún más las tasas de interés", publicó en X. Unos meses más tarde: "Las tasas bajarían a CERO, o menos".
Elon contra Altman: una guerra por el futuro de la IA
Al otro lado del caos: Elon Musk y Sam Altman. Dos hombres que alguna vez cofundaron OpenAI ahora son rivales acérrimos. Elon acusa a Altman de convertir OpenAI en una traición con fines de lucro. Altman y OpenAI responden, señalando que Elon presionó por una estructura similar antes de irse en 2017.
La demanda es sólo el comienzo. Elon la presentó a principios de este año, alegando que OpenAI traicionó su misión sin fines de lucro al asociarse con Microsoft. Lo llama "un engaño de proporciones shakesperianas" y apodó a Altman "Swindly Sam".
¿La respuesta de OpenAI? Elon es un hipócrita que debería “competir en el mercado y no en los tribunales”.
La xAI de Elon busca la corona de OpenAI. Grok-2, el chatbot de xAI, se lanzó en agosto y ya está compitiendo con ChatGPT , Gemini de Google y Llama de Meta. Grok-2 no se queda atrás. Las empresas de Elon le dan una ventaja.
Los coches Tesla recopilan datos del mundo real. Los satélites Starlink recopilan imágenes globales. X ofrece flujos infinitos de interacciones de usuarios. "Probablemente tengan el conjunto de datos de propiedad más grande que existe", dijo alguien que conoce las operaciones de Elon y Altman.
OpenAI sigue siendo líder, pero Elon es implacable. Sus ambiciones en materia de IA están entrelazadas con su influencia en Washington. El regreso de Trump complica la estrategia de OpenAI. Elon se ha posicionado como el confidente de Trump y los ejecutivos de OpenAI se están preparando para lo peor.
Chris Lehane, jefe de políticas de OpenAI, dijo que la compañía se centra en demostrar su valor a los EE.UU. "Esta administración habló durante la campaña y desde entonces sobre el imperativo de que prevalezca la IA liderada por los EE.UU.", dijo Lehane.
Altman está jugando a la defensiva. Donó un millón de dólares al fondo inaugural de Trump, una medida para apuntalar la buena voluntad. Mientras tanto, los críticos de Elon se preocupan por su influencia. Reid Hoffman, ex miembro de la junta directiva de OpenAI, dijo que Elon podría utilizar sus conexiones políticas para “privilegiar a una empresa sobre otras”.
Hoffman advirtió que esto sería destructivo. "Es destructivo para la industria, es destructivo para la sociedad estadounidense". Sin embargo, Elon no necesita favores políticos para amenazar a OpenAI. El rápido progreso de xAI es suficiente. El éxito de Grok-2 demuestra que Elon se toma en serio la IA y sus recursos le dan impulso.
Mientras tanto, OpenAI se está reestructurando paratracinversiones externas y mantener su liderazgo. Esa reestructuración está en el centro de la demanda de Elon. Sostiene que traiciona la misión original de OpenAI. OpenAI dice que es necesario seguir siendo competitivo. Las dos partes no ceden.
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