Sam Bankman-Fried, conocido como "SBF" en el mundo de las criptomonedas, se encontró en el centro de la tormenta esta semana, mientras enfrentaba una avalancha de preguntas en su juicio penal en curso en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York. York.
Al negar audazmente cualquier enredo corrupto entre FTX y Alameda Research, SBF admitió haber cometido "grandes errores" durante el meteórico ascenso de su empresa, pero se mantuvo firme ante las acusaciones de mala gestión deliberada.
El comienzo de su testimonio oficial el 27 de octubre marcó un marcado contraste con el proceso del día anterior, donde pareció flaquear bajo el intenso escrutinio de los abogados del gobierno.
Sin embargo, se recuperó y presentó una conducta más serena y preparada al dirigirse al jurado.
SBF se sumergió en las aguas turbias de las operaciones pasadas de FTX, refutando las afirmaciones de orquestar donaciones políticas millonarias en 2021 y argumentando que los términos de uso de FTX cubrían suficientemente las transacciones entre Alameda y el intercambio de cifrado.
Reconoció su solicitud de estrategias de cobertura más sólidas para Alameda durante 2021 y 2022, pero lamentó su falta de implementación.
El cambio de rumbo: los enredos políticos y corporativos de SBF
SBF se encontró en problemas cuando negó con vehemencia haber sido el titiritero de Ryan Salame y Nishad Singh, ex altos mandos de FTX, incitándolos a invertir millones en campañas políticas.
Los datos de OpenSecret revelan que Singh contribuyó con 8 millones de dólares y Salame se separó de 10 millones de dólares a través de préstamos de Alameda Research en el ciclo electoral de 2022.
Aunque se lavó las manos de estas transacciones, SBF no pudo negar el papel vital del lobby político para impulsar un marco regulatorio criptográfico favorable en los EE. UU. durante 2021.
Los fiscales lanzaron una bola curva, acusando a SBF de recurrir a los depósitos de los clientes en FTX para financiar más de 100 millones de dólares en contribuciones de campañas políticas antes de las elecciones de mitad de período en Estados Unidos de 2022.
SBF se mantuvo firme, argumentando que FTX estaba generando más de mil millones de dólares en ingresos en 2021, y que las donaciones políticas se hicieron de las propias arcas del intercambio, no de los fondos de los clientes.
El curioso papel y los errores de Alameda
Al arrojar luz sobre la peculiar relación de Alameda con FTX, SBF detalló cómo Alameda desempeñó múltiples funciones: proveedor de pagos, proveedor primario de liquidez, creador de mercado y cliente.
Las líneas de crédito de Alameda con FTX se dispararon a medida que la industria de la criptografía aprovechó la ola de un mercado alcista. Sin embargo, SBF subrayó la necesidad de estos acuerdos únicos, ya que evitaban posibles liquidaciones que podrían causar estragos en los mercados de criptomonedas.
La incapacidad de Alameda para implementar estrategias de cobertura adecuadas, a pesar de las persistentes solicitudes de SBF, quedó al descubierto.
SBF contó sus interacciones con Caroline Ellison, entonces directora ejecutiva de Alameda Research, enfatizando su impulso para una cobertura Bitcoin de $2 mil millones contra una posible desaceleración del mercado en 2021, una estrategia que nunca se realizó.
En septiembre de 2022, el pasivo entre FTX y Alameda se había disparado de 2.000 millones de dólares a la asombrosa cifra de 8.000 millones de dólares, lo que tomó por sorpresa a SBF y puso de relieve los peligros de una gestión de riesgos inadecuada.
Condiciones de uso y cláusula de devolución
En su defensa, SBF señaló los términos de uso de FTX, destacando una disposición de recuperación que repartía las pérdidas entre los clientes utilizando el comercio de margen ytracde futuros en caso de que fallara el motor de riesgo de la bolsa.
Los abogados defensores utilizaron esto como trampolín para argumentar que los clientes que operaban en FTX eran muy conscientes de los riesgos asociados, presentando un panorama de transparencia y diligencia debida.
Mientras continúa el juicio de SBF, y se espera que la defensa concluya su examen antes del 30 de octubre, seguido de los contraargumentos de la fiscalía, el mundo criptográfico observa con gran expectación.
La posible introducción de un testigo de refutación por parte de los fiscales podría cambiar aún más el rumbo, ya que SBF enfrenta la posibilidad de una sentencia de cárcel de 115 años si es declarado culpable de todos los cargos de fraude y conspiración.
En este juego de alto riesgo de verdad y consecuencias, la caída en desgracia de FTX bajo la supervisión de SBF se ha convertido en un espectáculo de proporciones épicas, dejando a la industria de la criptografía en una encrucijada y el legado de un hombre en juego.
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