La saga de la caída de FTX da un giro matic con una nueva demanda que señala con el dedo a Sullivan & Cromwell, el bufete de abogados que dirige los procedimientos de quiebra del intercambio de criptomonedas. Las acusaciones son espesas y rápidas, y los acreedores de FTX alegan que la empresa no solo tenía las manos metida en el tarro de las galletas, sino que también participó activamente en la invención del desastre financiero de FTX.
Desentrañando la red de acusaciones
Una marejada de controversia rodea a Sullivan & Cromwell, una firma de abogados con raíces que se remontan a más de un siglo, ahora atrapada en el ojo de la tormenta FTX. La demanda descubre una narrativa en la que la codicia y la colusión supuestamente florecían sin control. Los acreedores afirman que el bufete de abogados fue, según ellos, cómplice que se benefició del caos.
Las conexiones entre FTX y Sullivan & Cromwell no fueron casuales ni fugaces. Ryne Miller, una figura fundamental en esta historia, pasó de ser socio del bufete de abogados a asesor general de FTX, tejiendo una red de negocios que se canalizó de regreso a su antiguo empleador. Esta es una jugada calculada para garantizar que Sullivan & Cromwell permaneciera profundamente enredado con FTX , obteniendo recompensas financieras a través de varios compromisos legales.
La narrativa se complica aún más con la mención del director ejecutivo de FTX, Sam Bankman-Fried, y su acogedora relación con el bufete de abogados, hasta el punto de operar desde sus oficinas. Esta cercanía entre las entidades corporativas se destaca como un testimonio de sus operaciones entrelazadas, lo que plantea dudas sobre la capacidad del bufete de abogados para mantener una distancia profesional y objetividad.
Los enredos financieros y los atolladeros legales de FTX
Más allá de las conexiones personales, la demanda arroja luz sobre los vínculos financieros que unían a FTX y Sullivan & Cromwell. Las arcas del bufete de abogados se llenaron con millones de dólares en honorarios legales de FTX, un punto de discordia dada la tumultuosa salud financiera del intercambio. Estos beneficios monetarios se analizan minuciosamente y los acreedores señalan el posible conflicto de intereses que representan estas ganancias, especialmente ahora que Sullivan & Cromwell se hace cargo de guiar a FTX a través de la quiebra.
Los enredos legales no terminan con acusaciones de relaciones acogedoras y ganancias financieras. La demanda también profundiza en la supuesta complicidad de la empresa en las prácticas engañosas de FTX, pintando una imagen de un tutor legal que en lugar de proteger, eligió participar del botín del engaño.