Agárrense el sombrero porque la geopolítica está a punto de sufrir una sacudida, y no se trata de un temblor cualquiera: es un cambio sísmico cortesía de los BRICS , que, en caso de que hayan estado viviendo bajo una roca, están al borde de expansión. A la cabeza de la lista de posibles nuevos miembros de este año no está otro que Bangladesh, con Brasil ondeando la mayor bandera de apoyo a su ingreso en 2024.
¿Porque preguntas? Déjame decirte.
El entusiasta guiño de Brasil a Bangladesh
El propio brasileño Mauro Vieira, el hombre que lleva las riendas del ministerio de Asuntos Exteriores, prácticamente desplegó la alfombra roja en una rueda de prensa con Hasan Mahmud, ministro de Asuntos Exteriores de Bangladesh. El entusiasmo de Vieira no era sólo para lucirse. Llega en un momento en el que los BRICS no sólo buscan sumar nuevos miembros a su grupo, sino que también están interesados en consolidar su posición como contrapeso al orden global dominado por el dólar.
Entonces, ¿qué gana Bangladesh con esto? Según Vieira, Dhaka está preparada para cantar un solo que podría resonar en todo el escenario de los BRICS. Bangladesh, con su creciente influencia y destreza económica, se considera una valiosa incorporación que podría aportar nuevas dimensiones a la alianza.
No todo fueron palabras y nada de acción.
En el encuentro entre brasileños y bangladesíes los muchachos firmaron acuerdos para impulsar el comercio y explorar nuevas vías de cooperación. El objetivo es crear una asociación económica más equilibrada que no sólo parezca buena en el papel sino que se traduzca en beneficios tangibles para ambas naciones.
Más allá de las fronteras
Mientras Bangladesh y Brasil estaban ocupados cimentando sus lazos bilaterales, la propia alianza BRICS ha estado en racha, mirando a un futuro en el que el dólar estadounidense no toma las decisiones. Con la introducción de una nueva moneda global en su agenda, los BRICS están jugando un juego largo, con el objetivo de defi las reglas de las finanzas y el comercio globales.
La cumbre BRICS de este verano en Rusia es el campo de batalla donde se deliberará sobre la futura expansión de la alianza, con Bangladesh potencialmente en la alineación. Las ambiciones del bloque no se limitan a ampliar su membresía. También está inspirando a otros a desafiar la hegemonía del dólar.
La región africana del Sahel, con Níger, Malí y Burkina Faso a cargo, está elaborando su pócima, inspirándose en los BRICS. Estas naciones, unidas por su pasado colonial y los desafíos contemporáneos, están coqueteando con la idea de una nueva moneda, con el objetivo de eludir el dólar para el comercio regional. La Alianza de Estados del Sahel (AES) busca escribir su narrativa, una en la que la soberanía económica no sea una quimera sino un objetivo tangible.
Este impulso hacia la desdolarización es un reflejo de un creciente desencanto con un orden económico unipolar. Con cada nuevo miembro, los BRICS se acercan cada vez más a una visión de un mundo en el que el poder económico se distribuya de manera más equitativa y se presten atención a las voces del sur global.
Entonces, mientras Brasil apoya a Bangladesh, recordamos que en el gran tablero de ajedrez de las relaciones internacionales, cada movimiento cuenta.