Los inversores asiáticos avanzan hacia 2025 con los ojos pegados a tres temas principales: el poder implacable del dólar estadounidense, el imparable aumento de las criptomonedas y las caóticas políticas comerciales de Donald Trump.
Todos, desde los corredores de Wall Street hasta los administradores de fondos regionales, están luchando por reposicionar sus carteras para lo que se perfila como un año de montaña rusa para Asia.
Los fondos globales están actuando de forma inteligente. Están combinando estrategias de la vieja escuela con la nueva economía. ¿El objetivo? Proteger los activos asiáticos de las consecuencias de las impredecibles políticas estadounidenses.
La deuda denominada en dólares se ha convertido en la favorita del momento, ofreciendo rendimientos estables a pesar del alboroto del dólar hasta 2024. Mientras tanto, el oro se niega a pasar de moda y se aferra a su reputación como la red de seguridad definitiva para los inversores nerviosos.
China: apuestas impulsadas por estímulos y un campo de batalla en forma de aranceles
China está invirtiendo dinero en sus problemas económicos y los inversores están prestando atención. Los altos mandos de Beijing se comprometieron a inyectar aún más estímulo fiscal en el sistema, aumentando el gasto gubernamental para contrarrestar el impacto de los inminentes aranceles estadounidenses.
La Conferencia Central de Trabajo Económico preparó el escenario y el Politburó no perdió tiempo en comprometerse a impulsar el consumo como defensa contra los riesgos de las exportaciones.
Para los inversores, el plan de juego es claro. Fidelity sugiere apostar por las acciones locales chinas, que están más ligadas a la política interna que a los riesgos de exportación.
Los estrategas de la UBS se preocupan por las acciones bancarias. ¿Por qué? Son muy baratos y pagan dividendos sólidos, lo que los convierte en un refugio poco común en un clima macroeconómico tormentoso.
Pero no se trata sólo de acciones. La deuda vuelve a estar en el punto de mira. A Morgan Stanley le gustan los canjes de deuda china para esquivar los riesgos cambiarios, mientras que Goldman Sachs apuesta por los bonos soberanos de rango medio.
Estas elecciones reflejan expectativas de que la ola de estímulos de China podría inundar el mercado con deuda a más largo plazo, creando oportunidades en el vientre de la curva.
India: Cambio en el sector manufacturero ytron vibede crecimiento
Mientras China lucha contra la desaceleración del crecimiento, India se está convirtiendo en un centro manufacturero alternativo. Con su economía en gran medida protegida de los riesgos globales, el mercado interno de la India luce mejor que nunca.
Los analistas de Eastspring Investments están apostando fuerte por las acciones de gran capitalización, particularmente en salud, telecomunicaciones y finanzas. Pero no ignoran los riesgos. Las altas valoraciones y la reciente desaceleración de los beneficios están ensombreciendo el optimismo.
Los bonos locales son el niño de oro aquí, gracias a la baja deuda externa y la inclusión de la India en los índices de bonos globales. Pero el verdadero truco es el juego a largo plazo.
La creciente urbanización, las reformas en curso y los cambios en las cadenas de suministro están alimentando el optimismo. La demografía y el crecimiento constante de la India están haciendo el trabajo pesado, incluso cuando persisten los desafíos a corto plazo.
El ascenso eléctrico de las criptomonedas
Ahora hablemos de las criptomonedas, el verdadero comodín en el manual de estrategias de Asia para 2025. Asia central y meridional, junto con Oceanía, han tomado el liderazgo mundial en la adopción de criptomonedas justo cuando el rey Bitcoin superó los 100.000 dólares por primera vez en la historia.
Siete de los 20 países con mayor actividad financiera centralizada y descentralizada provienen de este rincón del mundo. Indonesia está a la cabeza de la carga. Entre enero y octubre de este año, acumuló 30 mil millones de dólares en transacciones criptográficas. Se trata de un asombroso aumento del 350% con respecto al mismo período en 2023.
Tampoco se trata sólo de comerciantes minoristas. La adopción institucional está ganando trac, y el ZA Bank en Hong Kong ahora ofrece operaciones criptográficas directas a clientes minoristas. Mientras tanto, AEON de Japón está implementando sistemas de pago cripto QR en la cadena BNB de Binance.
Sudeste Asiático: la potencia silenciosa
Mientras tanto, el Sudeste Asiático se está robando silenciosamente el protagonismo, gracias a su auge manufacturero y sus economías estables. Indonesia es el modelo aquí, con un mercado interno igualmentetron, un sector de materias primas resiliente y un banco central enfocado en mantener estable la moneda.
Los bonos soberanos, en particular los denominados en dólares, están recibiendo el cariño de grandes actores como Amundi y Fidelity.
Vietnam no se queda atrás. Se está labrando su lugar como potencia exportadora mundial, y su posible inclusión en el índice de mercados emergentes FTSE está haciendo que los inversores se den cuenta.
Esta es una región donde el dinero inteligente ve un crecimiento a largo plazo, incluso cuando los vientos en contra a nivel global amenazan con alterar las cadenas de suministro. Los bonos de alto rendimiento son el nombre del juego para los inversores tolerantes al riesgo.
Mercados como Sri Lanka y Pakistán están atrayendo interés por su aislamiento de las guerras comerciales.
UBS Asset Management dice que se trata de encontrar créditos que eludan los titulares arancelarios, haciendo de los mercados fronterizos un refugio inesperado.
El dólar y el yen: una batalla de divisas
Volvamos al dólar, el persistente dolor de cabeza de Asia. Por quinto año consecutivo, el dólar domina las monedas regionales, restando tres puntos porcentuales a los rendimientos de los bonos en moneda local sólo en 2024.
La divergencia del Banco de Japón con respecto a sus pares del G-10 ha convertido al yen en una operación destacada para 2025. Gestores de cartera como Carol Lye de Brandywine Global están apostando fuerte a esta divergencia, viéndola como una cobertura contra la volatilidad inducida por Trump.
Para otras monedas regionales, el panorama es sombrío. Con un margen limitado para una mayor flexibilización monetaria, los bancos centrales de Asia están atrapados entre la espada y la pared. Es un problema que no tiene fácil solución y los inversores se preparan para más sufrimiento a medida que el dólar se niega a retroceder.
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