Una investigación reciente realizada en la Universidad de Hawái ha allanado el camino para un nuevo debate en el mundo de las criptomonedas, especialmente entre aquellos asociados con Bitcoin .
Este estudio afirma que, con el paso del tiempo, el crecimiento de Bitcoin no solo afectaría las temperaturas globales, sino que también podría convertirse en una causa del cambio climático global. El estudio rápidamente dio paso a una discusión entre científicos con puntos de vista opuestos.
Los investigadores hawaianos respaldan su afirmación sobre la base de que solo en el año 2017, los mineros de Bitcoin liberaron más de sesenta y nueve millones de toneladas métricas de dióxido de carbono.
Con base en estos cálculos y en la tasa de crecimiento de la industria, los investigadores predicen que la temperatura global aumentaría permanentemente en aproximadamente dos grados centígrados con respecto a la temperatura base preindustrial.
Los autores del estudio creen que la moneda, junto con otras monedas, requiere maquinaria informática pesada y operaciones de hardware que emiten niveles innegables de calor. Este calor empujará el umbral global más allá de los objetivos del acuerdo de cambio climático de París en un par de décadas.
Por otro lado, los científicos y expertos que rechazan la afirmación opinan que las estadísticas presentadas no dan cuenta del uso creciente de fuentes de energía verde. Posteriormente, el estudio tampoco tiene en cuenta la disminución de las centrales eléctricas basadas en el carbono.
Investigadores de la Universidad Northwestern y del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley han rechazado el reclamo hawaiano debido al hecho de que no tiene en cuenta la tendencia cambiante de la energía ni el hecho de que los mineros se están mudando a lugares más fríos, como Islandia, Rusia y Canadá.