Un sospechoso masculino de mediana edad procedente de Auckland ha sido acusado en el último caso de estafa criptográfica de Nueva Zelanda. informa , el tribunal de justicia le ha dado al sospechoso el anonimato en el caso de estafa.
El acusado de 40 años compareció ante el Tribunal de Distrito de Auckland el 15 de octubre con la concesión de una intervención anónima. Según los documentos legales, anónimo ha recibido 30 cargos penales que destacan tratos criptográficos dudosos, adquisiciones sospechosas de bienes, propiedades y vehículos.
Detalles de la criptoestafa de Nueva Zelanda
El sospechoso ha sido acusado de robos de lavado de dinero que involucran criptomonedas por valor de USD 1,6 millones. Esto incluye vehículos de lujo de alta gama Mercedes G63, un Lamborghini y una propiedad en el este de Auckland en uno de los casos de estafa criptográfica más grandes de Nueva Zelanda.
Los cargos presentados afirman además la asistencia del hombre en la promoción del lavado de dinero con un grupo que involucra a otros 5 que también están bajo custodia policial. Denominada popularmente como “Operaciones Brookings”, la policía de Nueva Zelanda dirigió varias búsquedas para reventar estas operaciones criminales y logró incautar siete vehículos de lujo y tres propiedades inmobiliarias por valor de más de USD 2 millones en el proceso.
Otro informe sugiere que el acusado recibió enormes cantidades de dinero supuestamente lavado de un banco a través de una dent falsa y de un individuo en el aeropuerto de Auckland. La próxima audiencia está programada para noviembre, cuando se espera que se dent más detalles sobre el incidente.
La policía de Nueva Zelanda, en colaboración con las autoridades de EE. UU., ha llevado a cabo esfuerzos para acabar con los robos enormemente crecientes que involucran a las criptoagencias sospechosas Se han puesto en marcha medidas estrictas para tratar con los infractores.
El propietario de una empresa Canton Business Corporation con sede en Nueva Zelanda, Alexander Vinnik, también ha estado bajo escrutinio y confiscación de cuentas bancarias por valor de USD 90 millones bajo sospecha de promover transacciones de criptolavado. El hombre, buscado por la policía francesa y estadounidense, fue arrestado con éxito con el apoyo de funcionarios neozelandeses.
Los robos cibernéticos involucran finanzas obtenidas a través de medios ilícitos y sospechosos utilizados en diferentes estafas criptográficas de Nueva Zelanda. Las leyes y los esfuerzos de Nueva Zelanda para detectar y reprimir estas operaciones han sido aplaudidos internacionalmente.