La sorprendente disparidad en el crecimiento económico entre Estados Unidos y Europa es un espectáculo que vale la pena analizar. Mientras la economía estadounidense presume de un impresionante crecimiento anual del 4,9% en el tercer trimestre, dejando tras de sí una racha de tres trimestres consecutivos superando el punto de referencia de crecimiento del 2%, Europa está atrapada en un atolladero de estancamiento.
Estados Unidos está prosperando, lo que se dent en sólidos resultados empresariales, mientras que Europa permanece en la sombra, creando un abismo económico transatlántico que exige atención.
Participar en el discurso y buscar respuestas
Ahora bien, no nos entretengamos; La lentitud de Europa no es el resultado de alguna tendencia a largo plazo. Ambas regiones, reducidas al PIB per cápita y ajustadas a la inflación, han bailado el mismo tango económico desde los albores del milenio.
Pero después de la pandemia, Estados Unidos ha dejado atrás a Europa, superando los picos previos a la pandemia medio año antes que Europa y manteniendo un impulso de crecimiento constante. Europa, sin embargo, se ha estancado.
Estados Unidos apenas está por debajo de su tendencia de crecimiento de 2015-19, mientras que Europa está rezagada con un déficit del 5%. Al analizar la marcada divergencia, queda claro que Estados Unidos es el vencedor en esta ronda de batalla económica.
¿Pero por qué? La búsqueda de respuestas nos lleva hacia los hogares, el corazón palpitante de la economía estadounidense, impulsado por un consumo y una inversión sólidos.
Sin embargo, esto nos deja preguntándonos: ¿qué políticas catapultaron a Estados Unidos a estas alturas de exuberancia económica en comparación con Europa?
Política fiscal: el factor decisivo
Las políticas fiscales de las dos regiones son tan diferentes como el día y la noche. Estados Unidos adoptó un estímulo fiscal más sustancial, lo que permitió que su defi se disparara más que el de Europa.
Esto, sumado a políticas progresistas centradas en las prestaciones por desempleo y la compresión salarial, dio lugar a una asombrosa acumulación de dinero no gastado y un aumento del gasto de los consumidores.
Estados Unidos también abordó el shock de los precios de la energía con mayor resiliencia, gracias a su posición como exportador neto de energía, a diferencia de la fuerte dependencia de Europa de las importaciones.
Si bien ambas regiones han experimentado presiones inflacionarias similares, Estados Unidos ha logrado mantener su trayectoria de crecimiento, dejando a Europa lidiando con sus deficiencias económicas.
El camino de Europa hacia la redención: aprender de Estados Unidos
Entonces, ¿hacia dónde va Europa a partir de ahora? Ya es hora de un momento de introspección y de aprender del manual de estrategia de Estados Unidos.
El estímulo fiscal estadounidense ha demostrado su valor, sosteniendo la economía sin causar estragos en la inflación, en marcado contraste con los estrictos presupuestos europeos. ¿Es el lento crecimiento de Europa resultado de efectos retardados o de errores políticos? Sólo el tiempo dirá.
Pero una cosa es segura: la voluntad de Estados Unidos de adoptar medidas fiscales audaces y políticas progresistas lo ha colocado en un camino de resiliencia económica, dejando a Europa en una extrema necesidad de una revisión estratégica.
El estancamiento de Europa no es una insignia de honor. Es una llamada de atención. Estados Unidos ha demostrado que las políticas fiscales estratégicas, junto con un enfoque en la demanda interna, pueden impulsar una economía a nuevas alturas.
Europa, es hora de tomar notas y repensar su manual económico. El mundo está mirando y el tiempo corre.