Mientras el mundo se enfrentaba a los cierres dent precedentes de marzo de 2020 debido a la pandemia de Covid-19, los mercados financieros no se libraron de su parte del caos. En medio de la agitación, los fondos cotizados en bolsa (ETF), en particular los del ámbito de la renta fija, se encontraron en un foco de atención peculiar.
Los críticos y escépticos habían expresado durante mucho tiempo su preocupación por el creciente tamaño de los ETF y su peligro potencial, especialmente en mercados menos líquidos. Sus advertencias parecieron materializarse a medida que se ampliaba la brecha entre los precios de muchos ETF de renta fija y el valor real de sus tenencias de bonos, una discrepancia alimentada por la liquidez ilusoria de los ETF que chocaban contra la dura e ilíquida realidad de sus activos subyacentes.
Una ventaja contraintuitiva
Sin embargo, emergiendo de las sombras de la crítica, un estudio realizado por Anna Helmke de la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania pone en primer plano un argumento convincente: los ETF, contrariamente a las predicciones apocalípticas, en realidad podrían prosperar en mercados ilíquidos. Esta revelación no es sólo una nota menor en la saga de los instrumentos financieros; es un potencial cambio de juego.
Los ETF, por su propio diseño, ofrecen una ventaja única a la hora de navegar en las agitadas aguas de los activos menos líquidos. A diferencia de los fondos mutuos (MF) que prometen a los inversores un reembolso cash al valor liquidativo del día, los ETF operan según un principio diferente. Negocian en bolsas como las acciones, confiando en participantes autorizados para la creación y reembolso de acciones, un mecanismo que proporciona un amortiguador contra la crisis de liquidez que afecta a los fondos mutuos tradicionales durante las turbulencias del mercado.
Cuando el mercado de bonos se endurece, los fondos mutuos a menudo se encuentran en un aprieto, obligados a vender sus tenencias más líquidas para cumplir con las demandas de reembolso, dejando atrás una cartera que es más riesgosa y menos líquida para los inversores restantes. Esta dinámica puede desencadenar un ciclo peligroso, empujando a los inversores a apresurarse a salir antes de que la situación empeore. Los ETF evitan esta situación a través de su mecanismo de negociación, que naturalmente desincentiva las ventas de pánico al imponer un precio de mercado para las salidas, a menudo con descuento durante los períodos de tensión, en lugar del NAV potencialmente inflado.
Una historia de dos mercados
La yuxtaposición de los ETF en los mercados financieros tradicionales versus su papel en el floreciente espacio criptográfico añade otra capa de complejidad a la narrativa. Los criptomercados, conocidos por sus desafíos de volatilidad y liquidez, presentan un campo de batalla completamente diferente para los ETF. La entrada de los ETF Bitcoin en escena ha sido recibida con entusiasmo y escepticismo, subrayados por las matic salidas de capital del mayor de estos fondos, el Grayscale Bitcoin Investment Trust. Este escenario destaca una distinción fundamental: si bien los ETF pueden afrontar los desafíos de liquidez de los mercados tradicionales a través de su estructura única y el papel de los participantes autorizados, la volatilidad y las incertidumbres regulatorias del criptomercado plantean un conjunto diferente de desafíos.
La dependencia de custodios como Coinbase para la mayoría de estos ETF criptográficos introduce un punto singular de falla, un riesgo magnificado por el escrutinio de la SEC sobre el cumplimiento de Coinbase con las regulaciones de valores. El potencial de pérdidas catastróficas debido a fallas del custodio o piratería subraya la fragilidad del marco de los ETF criptográficos, una vulnerabilidad no tan pronunciada en sus contrapartes del mercado tradicional.
En esencia, los ETF ofrecen una estructura resistente y adaptable para hacer frente a los desajustes de liquidez y las tensiones del mercado inherentes a los mercados financieros tradicionales, particularmente en el ámbito de la renta fija. Su capacidad para actuar como válvula de liberación de presión, proporcionando una ruta de salida durante las heladas del mercado de bonos, los posiciona como un puerto potencialmente más seguro para los inversores que navegan por los mares inciertos de activos ilíquidos. Sin embargo, cuando se trasladan al volátil y ambiguo mundo regulatorio de las criptomonedas, las ventajas que tienen los ETF en los mercados tradicionales se vuelven menos claras, revelando la naturaleza matizada y dent del contexto de su ventaja.