El ritmo lento y los costos prohibitivos de las transacciones transfronterizas son problemas evidentes en nuestra acelerada economía global. Es un secreto a voces: el crecimiento monumental de los pagos globales, que se prevé que salte de 190 billones de dólares en 2023 a la alucinante cifra de 290 billones de dólares en 2030, contrasta marcadamente con el estado obsoleto y costoso de los pagos transfronterizos.
El actual estancamiento de las transacciones transfronterizas
En esta era de rápida globalización, el comercio, el capital y los flujos migratorios se están intensificando, pero los mecanismos que facilitan los pagos transfronterizos no logran mantener el ritmo.
Las empresas, en particular las pequeñas y medianas, se ven disuadidas por los altos costos y la complejidad de las transacciones internacionales, lo que obstaculiza el crecimiento y la integración económica.
Los trabajadores migrantes, que sustentan a aproximadamente una de cada nueve personas en todo el mundo, enfrentan tarifas exorbitantes cuando envían dinero a casa, y regiones como el África subsahariana experimentan costos de hasta el 8,4%.
Considerando los 626 mil millones de dólares en remesas en 2022, una simple reducción del 1% en las tarifas se traduciría en 6 mil millones de dólares adicionales en los bolsillos de quienes más lo necesitan.
Un vistazo a las posibles soluciones y los desafíos existentes
Las ineficiencias del sistema no han pasado desapercibidas y los actores alternativos ven este espacio como una lucrativa oportunidad de negocio. Sin embargo, sus soluciones están lejos de ser perfectas.
Las criptomonedas , especialmente aquellas que no están respaldadas por activos, son tremendamente volátiles, mientras que las monedas estables no pueden garantizar consistentemente la convertibilidad a la par, lo que las hace susceptibles a corridas.
Los principales grupos tecnológicos están intentando crear soluciones de circuito cerrado, restringiendo los pagos dentro de grupos de usuarios específicos, lo que podría conducir a una mayor fragmentación y concentración del poder de mercado.
Hacía falta una revolución. La respuesta podría estar en la integración de más de 70 sistemas nacionales de pago rápido en todo el mundo, fomentando un panorama de pagos transfronterizos transparente, asequible y rápido.
Esta medida no sólo mejoraría la eficiencia al acortar las cadenas de transacciones, sino que también garantizaría una conectividad abierta entre los sistemas de pago, reconociéndola como un bien público.
Para las economías en desarrollo que carecen de sistemas de pago rápido, el cumplimiento de las normas internacionales y el apoyo de las organizaciones internacionales son cruciales para fomentar la interoperabilidad transfronteriza. En Europa vemos un ejemplo brillante de lo que podría deparar el futuro.
El mecanismo Target Instant Payment Settlement en la eurozona vincula múltiples sistemas de pago rápido, proporcionando servicios de pago instantáneo paneuropeos, todos bajo reglas, estándares y protocolos uniformes.
Este modelo, evitando los riesgos de la fragmentación, podría ampliarse para incluir múltiples monedas, con iniciativas ya en marcha para pagos instantáneos entre monedas entre el euro y la corona sueca.
El papel fundamental del sector público
El sector público no puede ser un espectador en esta revolución. Los altos costos de cumplimiento, las complejidades legales y los riesgos asociados con el manejo de diferentes marcos legales, regulaciones y políticas de bancos centrales son obstáculos importantes.
Las diferencias en los marcos regulatorios y de supervisión, especialmente en lo que respecta a la privacidad, la seguridad y la lucha contra el lavado de dinero, siguen siendo importantes puntos débiles para los bancos.
Los esfuerzos cooperativos, la alineación de políticas y las soluciones técnicas de partes interesadas tanto públicas como privadas son primordiales.
Mejorar los pagos transfronterizos es una tarea hercúlea que exige un frente unido de todas las partes interesadas. Ha llegado el momento de contar con una red global de sistemas rápidos que permitan pagos transfronterizos instantáneos, de bajo costo, transparentes y accesibles.
No sólo estamos atrasados en una revolución de los pagos transfronterizos; Necesitamos urgentemente uno.