En una medida innovadora que promete remodelar el panorama financiero, de Israel y Hong Kong , junto con el Banco de Pagos Internacionales, dieron a conocer recientemente las conclusiones del Proyecto Sela.
Esta empresa innovadora buscaba crear una moneda digital de banco central (CBDC) única para consumidores minoristas, que incorporara lo mejor del cash y las funcionalidades digitales.
Una ambiciosa fusión de banca tradicional y moderna
Aprovechando la rica experiencia de los bancos centrales, el Proyecto Sela se aventuró en un territorio inexplorado. Su objetivo era moldear una CBDC entrelazando criterios preestablecidos de diversos ámbitos: política, seguridad, tecnología y derecho. El proyecto no es sólo un documento teórico; Se presenta como una prueba de concepto tangible.
Un potente equipo de entidades privadas colaboró en este proyecto. Los incondicionales de la tecnología financiera FIS y M10 Networks entregaron los productos principales, mientras que Clifford Chance se encargó de las complejidades legales. de seguridad cibernética de primer nivel .
En el centro del ecosistema Sela, el libro mayor de la CBDC permanece bajo la tutela del banco central emisor. Estos libros de contabilidad albergan cuentas de usuarios finales pseudoanónimas, lo que garantiza una combinación de privacidad y facilidad trac .
Con un avanzado sistema de liquidación bruta en tiempo real (LBTR) a su disposición, el banco central facilita transacciones instantáneas, uniendo los mundos bancario físico y digital.
Dando forma al futuro: cómo funciona el ecosistema de Sela
En el marco del Sela, las instituciones de financiación son los centros neurálgicos que gestionan las cuentas de los usuarios, agilizando el proceso de conversión de la CBDC en depósitos bancarios tangibles o cash , y viceversa. Se ha introducido una nueva entidad, denominada habilitador de acceso.
Al actuar como un puente entre los usuarios finales y el sistema bancario, estos habilitadores de acceso asumen importantes responsabilidades, como el cumplimiento de las normas de "Conozca a su cliente", el enrutamiento de transacciones y la aprobación de transacciones.
Sin embargo, el control final sigue estando en manos de los usuarios finales, quienes tienen las riendas de sus billeteras tron a través de claves cifradas.
Lo que distingue a este ecosistema es su naturaleza inclusiva. Al democratizar el acceso a las instituciones financieras privadas, el ecosistema Sela allana el camino para una mayor competencia, lo que invariablemente marca el comienzo de un mejor acceso para los usuarios finales.
Vale la pena señalar la medida deliberada de excluir tareas como la creación de cuentas, la gestión de registros o el control de fondos del mandato del facilitador de acceso.
Al hacerlo, se quitan de encima un peso considerable del escrutinio regulatorio. Esto fomenta un entorno en el que un espectro más amplio de entidades, desde pymes y centros comunitarios hasta empresas de tecnología y organizaciones benéficas, pueden participar sin esfuerzo en el panorama de las CBDC.
Además, en este panorama, la defi convencional de instituciones financieras permanece inalterada, abarcando bancos, cooperativas de crédito y similares.
Curiosamente, el Proyecto Sela ha desvinculado la necesidad de ser titular de una cuenta de la utilización de instituciones para realizar transacciones con CBDC. Los bancos centrales están a la cabeza de las liquidaciones, lo que permite a los usuarios mantener un control absoluto sobre sus finanzas durante todo su recorrido por la CBDC.
El camino hacia la perfección de la CBDC no está exento de baches. Los sistemas RTGS, a pesar de su eficiencia, presentan un importante cuello de botella. Su horario operativo limitado y su inadecuación para manejar una gran cantidad de pequeñas transacciones plantean desafíos críticos. El informe sugiere explorar posibles intervenciones técnicas para sortear estos obstáculos.
Para terminar, no se puede subestimar la audacia del esfuerzo del Proyecto Sela. Si bien los hallazgos presentan un panorama prometedor para el futuro de las CBDC, sólo el tiempo determinará con qué facilidad estos proyectos se traducen en revoluciones bancarias en el mundo real. Esperemos que el mundo financiero esté preparado para lo que viene.