El renombrado economista y premio Nobel, Paul Krugman, ha desatado un discurso fascinante sobre el papel del dólar estadounidense en el panorama económico mundial.
Sus ideas nos impulsan a examinar la posibilidad de una perturbación inminente que podría repercutir en los mercados financieros internacionales, no como resultado del surgimiento de una moneda alternativa, sino más bien de la falta de ella.
Krugman, aclamado por su incomparable comprensión de los patrones comerciales y la organización espacial de las actividades económicas, expresó recientemente su preocupación por las posibles consecuencias de un incumplimiento hipotético de EE. UU .
Sus conjeturas no se basan en el temor de que el dólar sea usurpado por una moneda global más dominante. En cambio, sus temores se derivan de la posibilidad de que ninguna otra moneda esté equipada para cumplir el papel crítico que actualmente ocupan los valores denominados en dólares.
El papel central del dólar: ¿Irreemplazable?
“Si se produjera un incumplimiento de la deuda”, afirmó Krugman, “no se trata de que otra moneda asuma el papel principal que desempeña el dólar. El quid de la cuestión es que ninguna otra moneda podría asumir este papel”.
Además, enfatizó que esta ausencia de un activo líquido seguro sembraría el caos en los mercados financieros.
Contrariamente a la especulación generalizada sobre el inminente declive de la supremacía del dólar como moneda de reserva mundial, Krugman es bastante optimista.
Se mantiene firme en su creencia de que la posición dominante del dólar está lejos de estar en peligro. En su reciente artículo de opinión para el New York Times, postuló que el yuan chino, a pesar de su potencial, no es un contendiente realista para el trono del USD, principalmente debido a la mano dura del control gubernamental en los mercados financieros de China.
Aumento de la desdolarización: ¿una tendencia mundial?
Sin embargo, existe una división entre los expertos en este tema, con varios economistas desafiando la interpretación de Krugman del clima económico actual.
Michael Hudson, un renombrado economista, criticó el análisis de Krugman como un ejemplo de “ignorancia deliberada”. Hudson se ofendió con la supervisión de Krugman de la influencia de la cuenta de capital en la balanza de pagos de Estados Unidos.
Además, Hudson señaló el creciente movimiento internacional hacia la desdolarización. Según los informes, una gran cantidad de países, en particular los de la región del sudeste asiático y las naciones BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), se esfuerzan por disminuir su dependencia del dólar.
Están reforzando el uso de sus monedas nacionales o incluso contemplando el establecimiento de una moneda común.
Si bien este debate sobre la desdolarización continúa hirviendo a fuego lento, el dólar ha demostrado una resistencia considerable. El 23 de mayo, subió frente al yen japonés, alcanzando un máximo de seis meses. Esto se debió en gran parte a la creencia de que las tasas de interés de EE. UU. permanecerían elevadas durante un período significativo.
Funcionarios de alto rango de la Reserva Federal, incluido el dent de la Reserva Federal de Minneapolis, Neel Kashkari, insinuaron el potencial de un mayor endurecimiento de la política monetaria.
Estos sentimientos han dado como resultado que los operadores refuercen sus expectativas de una alta tasa de fondos federales, fortaleciendo así la posición del dólar.
Como subraya la perspectiva de precaución de Krugman, el potencial de interrupción es palpable si se desestabilizara el papel crítico del dólar estadounidense en la economía global.
Esta perspectiva subraya la necesidad de mantener la estabilidad de la moneda para evitar choques imprevistos en el sistema financiero internacional.