La fusión anticipada de los gigantes bancarios, UBS y Credit Suisse , ha sido recibida con entusiasmo por los observadores del mercado, incluso cuando UBS se enfrenta a complejidades laborales.
Sergio Ermotti, presidente ejecutivo de UBS, abordó recientemente estas preocupaciones y reconoció las decisiones difíciles que requiere la fusión en términos de recortes de empleo.
A los altos mandos de UBS se les ha encomendado la tarea de alinear las dos potencias financieras, un esfuerzo que indica cambios significativos en el panorama bancario suizo.
UBS dice que los recortes de empleo son un efecto secundario inevitable
Ermotti, en su discurso en un evento organizado por la Asociación Suiza de Gestión de Activos, subrayó el hecho de que las sinergias, inevitablemente, pueden implicar recortes de empleo.
“No podemos generar instantáneamente oportunidades laborales para todos”, comentó, preparando el escenario para los tiempos difíciles que se avecinan. El énfasis está en desarrollar un resultado factible al reevaluar la base de costos de las organizaciones individuales y fusionadas.
Ermotti no se anduvo con rodeos cuando indicó que el camino por delante “será doloroso”.
La posible fusión entre UBS y Credit Suisse fue facilitada por las autoridades suizas, con UBS, el mayor de los dos, a la cabeza. El objetivo era acelerar el proceso de integración, un sentimiento reiterado por Ermotti, quien expresó la esperanza de que el acuerdo se formalice en breve.
“Nos estamos acercando a la línea de meta… con más de 170 aprobaciones de los reguladores”, dijo.
Ermotti, quien anteriormente dirigió UBS de 2011 a 2020, fue reelegido director ejecutivo en abril para administrar este monumental acuerdo bancario, el más grande desde la crisis financiera mundial.
A pesar de caracterizar el acuerdo como una adquisición en lugar de una fusión, Ermotti insinuó la posibilidad de que los ejecutivos de Credit Suisse asuman roles importantes dentro de la organización combinada.
Esta noción parece contraria a la alineación de liderazgo inicial anunciada el mes pasado, que incluía solo un alto ejecutivo de Credit Suisse, el director ejecutivo Ulrich Koerner.
“Una vez que se asiente el polvo, nuestro enfoque principal debe ser asegurar a las mejores personas para el trabajo, en beneficio de nuestros clientes, accionistas y empleados”, explicó Ermotti. Su afirmación parece implicar una distribución más equilibrada de posiciones entre los dos bancos en el futuro.
No 'demasiado grande' para Suiza
La fusión dará como resultado un gigante con un balance de 1,6 billones de dólares, aproximadamente el doble del tamaño de la producción económica anual de Suiza. Esta escala ha provocado discusiones sobre el tamaño de la institución que representa un riesgo para la economía suiza.
El Partido Socialdemócrata de Suiza incluso ha propuesto medidas para reducir el tamaño de UBS después de la fusión, para mitigar la posibilidad de otro costoso rescate respaldado por el estado.
Ermotti, sin embargo, no está de acuerdo con este punto de vista. “No creo que seamos demasiado grandes para Suiza”, comentó, afirmando que en el mundo de la banca, “el tamaño importa”.
A medida que el polvo comienza a asentarse en este innovador acuerdo bancario, todos los ojos estarán puestos en UBS mientras navega por el desafío de fusionar dos importantes entidades financieras.
Si bien existen preocupaciones sobre los recortes de empleo, también hay optimismo sobre las oportunidades que presenta una fusión de este tipo para remodelar la industria bancaria suiza.