El escenario está preparado y los jugadores están en movimiento, el peso mexicano está en pleno desgarro, dejando al dólar estadounidense lamiéndose las heridas en un rincón. Se trata de una carga alcista total en la que el peso flexiona sus músculos a un ritmo impresionante. Según el último recuento, esta potencia monetaria latina está intercambiando golpes a una tasa de 16,3 pesos por dólar.
Si tienes pesos, probablemente estés sonriendo en este momento.
Vientos de cambio económico
Es una época electrizante en México, con política y el tipo de dinamismo que podría hacer que un drama coreano parezca insulso. En el centro de este drama está la elección dent que tiene a todos nerviosos, con la esperanza de un renacimiento económico.
Despeguemos un poco las capas.
La economía mexicana, como cualquier otra, se deja llevar por las olas de su clima político, sus políticas bancarias y la rapidez o lentitud con que se expande. Actualmente, las estrellas parecen estar alineándose para el peso, en gran parte gracias a la fiebre electoral que está inyectando una increíble dosis de optimismo en el mercado.
Durante el fin de semana, dos damas formidables, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, pronunciaron discursos que mantuvieron a las masas pendientes de cada palabra. Sheinbaum tiene que ver con el rejuvenecimiento económico, mientras que Gálvez tiene los ojos puestos en un futuro infundido de tecnología con blockchain a la vanguardia de su estrategia económica.
¡Habla de un toque moderno!
Mientras tanto, México está a punto de revelar algunos indicadores económicos críticos: piense en las métricas del IPC, las cifras del comercio minorista y un vistazo a la producción industrial.
Y justo cuando pensaba que la trama no podía complicarse más, tenemos los rendimientos de los bonos del Tesoro preparándose para un aumento, prometiendo aún más fuerza para el peso. Por otro lado, los recortes de tasas alguna vez anticipados por parte de la Reserva Federal parecen estar desapareciendo, dando al peso otro empujón frente al dólar.
Una mirada más cercana al panorama económico de México
El ritmo económico de México ha sido algo irregular últimamente.
Con un modesto crecimiento del 0,3 por ciento en el último trimestre de 2023, está claro que la economía está sintiendo el peso de las expectativas. El PIB del país aumentó un 2,5 por ciento en 2023, un poco por debajo del 3,0 por ciento previsto.
¿Enfriamiento? Parece que.
Los ripple de la desaceleración de la economía estadounidense están comenzando a llegar a México, con impactos potenciales en las remesas y la dinámica comercial. Sin embargo, el lado positivo viene en forma de un pronóstico ligeramente mejorado para 2024, fijado en un crecimiento del PIB del 2,1 por ciento.
La producción industrial está mostrando signos de desaceleración y marca su tercera caída consecutiva. Esta tendencia se hace eco de la desaceleración del sector manufacturero estadounidense.
Sin embargo, no todo es malo, ya que las exportaciones, particularmente en el sector manufacturero, han experimentado un ligero repunte.
Las ventas minoristas se encuentran en una especie de montaña rusa, con una caída notable en enero. El lado positivo es que el mercado laboral parece resiliente: el empleo formal muestra un crecimiento saludable y la tasa de desempleo se mantiene estable.
El peso, que no se dejó intimidar por estas señales contradictorias, comenzó el año con tron , superando al dólar y mostrando los sólidos fundamentos económicos de México. Esta fortaleza se ve reforzada aún más por una entrada constante de remesas, a pesar de un mercado laboral estadounidense más débil.
La inversión privada mantiene el motor económico en marcha, con importantes contribuciones de inversores tanto nacionales como extranjeros.
La inflación, una espina clavada para muchas economías, está mostrando signos de moderación en México. Esto, sumado a la decisión del banco central de recortar las tasas de interés, pinta un panorama esperanzador para el continuo ascenso del peso.