Como medida soberana para impulsar su economía nacional, el gobierno iraquí prohibió las transacciones en dólares estadounidenses para fomentar el uso de la moneda nacional, el dinar iraquí. Este desarrollo, una fuerte respuesta a la expansión de los tipos de cambio del mercado negro, se produce en medio de un abismo que crece rápidamente entre los tipos de cambio oficiales y del mercado negro, lo que ha provocado la indignación pública y ha estimulado la inflación.
Reforzar la moneda nacional
El pronunciamiento, que tomó a muchos por sorpresa, es visto como un intento de fomentar la soberanía y la estabilidad económica nacional. “El dinar es la moneda nacional en Irak. Su compromiso de realizar transacciones en él en lugar de monedas extranjeras impulsa la soberanía y la economía del país”, afirmó el Ministerio del Interior iraquí. El ministerio enfatizó que negociar con divisas es una violación legal y prometió “responsabilizar a cualquiera que intente socavar el dinar iraquí y la economía”.
En una amplia iniciativa para salvaguardar el dinar, la Dirección contra el Crimen Organizado del Ministerio del Interior envió fuerzas a varios mercados en Bagdad y otras ciudades. Se pidió a los comerciantes que firmaran un acuerdo en el que prometían vender productos solo en dinares, una medida que el general de brigada Hussein Al Tamimi había supervisado. Los infractores de este compromiso se enfrentan a sanciones significativas, incluidas multas y posibles penas de prisión por reincidencia.
Efectos Ripple : el mercado clandestino del dólar y el descontento público
La implementación de la prohibición ha llevado a las transacciones en dólares a la clandestinidad. El miedo al arresto ha llevado a las casas de cambio a limitar sus operaciones en dólares a un grupo selecto de clientes de confianza, lo que ha disparado las tasas del mercado negro. Este cambio en el mercado es una consecuencia directa del intento del gobierno de proteger su economía nacional en medio de una volatilidad creciente.
Históricamente, la Guerra del Golfo, las estrictas sanciones económicas impuestas por la ONU y la invasión liderada por Estados Unidos en 2003 llevaron a una devaluación sustancial del dinar iraquí. Como resultado, desde entonces los iraquíes han recurrido al dólar estadounidense para una amplia gama de transacciones, que van desde el comercio al por mayor hasta las compras al por menor. Sin embargo, las medidas recientes del gobierno iraquí han provocado una crisis monetaria que ha provocado inflación y protestas públicas.
En medio de estos trastornos, Estados Unidos ha expresado su preocupación de que el dólar se esté canalizando hacia Irán, Siria y Líbano a través de la subasta de divisas organizada por el Banco Central de Irak. En consecuencia, el Banco de la Reserva Federal de Nueva York ha endurecido sus procedimientos para las transferencias internacionales, lo que ha provocado un aumento de la demanda de dólares estadounidenses en Irak.
Mientras el país lucha por navegar en aguas económicas turbulentas, el gobierno iraquí ha culpado a Estados Unidos por el caos monetario. Sin embargo, sus intentos de sofocar la ira pública hasta ahora han resultado infructuosos. Mientras tanto, los iraquíes comunes, como el dent de Bagdad Mohammed Hassan Jaafar, se encuentran en un estado de incertidumbre. El Sr. Jaafar, que planea comprar una casa, ahora enfrenta un dilema: los precios inmobiliarios a menudo están vinculados al dólar.
La prohibición de las transacciones en dólares estadounidenses representa un paso audaz hacia la soberanía económica de Irak. Aún así, también plantea dudas sobre la viabilidad de tal movimiento en medio de un mercado dominado por el dólar y las implicaciones potenciales para los iraquíes comunes atrapados en el fuego cruzado económico.