El auge de la inteligencia artificial generativa (IA) en la industria del juego está dando lugar a una inminente crisis de derechos de autor. Juegos como AI Dungeon, con tecnología GPT-3 de OpenAI, ya están utilizando IA generativa para generar contenido en el juego, pero la cuestión de la propiedad sigue sin resolverse. A medida que los jugadores interactúan con estos juegos impulsados por IA y contribuyen a la creación de narrativas y otro contenido, las líneas entre la autoría y la propiedad se vuelven borrosas. Este desafío emergente plantea cuestiones legales complejas en torno a los derechos de autor, la autoría y las creaciones generadas por los usuarios.
El debate de la propiedad
El debate sobre la propiedad en torno a la IA generativa en los juegos es un tema polémico que exige atención. Si bien los acuerdos de licencia de usuario final (EULA) tradicionales a menudo despojan a los jugadores de los derechos de propiedad una vez que ingresan a un juego, la inclusión de la IA generativa complica las cosas. De acuerdo con las leyes de derechos de autor en los EE. UU. y el Reino Unido, solo los humanos pueden reclamar la autoría, lo que deja sin respuesta la pregunta de quién es el propietario de la producción generada por IA.
AI Dungeon, creado por Nick Walton y ahora bajo Latitude, ha ganado una popularidad significativa entre millones de jugadores. Pero, la propiedad del contenido generado dentro del juego aún está en debate. Alina Trapova, profesora de derecho especializada en IA y derechos de autor en el University College London, arroja luz sobre la incertidumbre que prevalece en torno a los juegos generativos de IA. Según ella, existe una discusión continua y significativa sobre hasta qué punto los jugadores imprimen su personalidad y ejercen sus elecciones libres y creativas dentro de estos juegos.
El EULA de AI Dungeon, aunque vago, sugiere que los usuarios tienen la propiedad del contenido que crean dentro del juego. La medida en que los jugadores imprimen su personalidad y creatividad en el contenido generado plantea incertidumbres. A medida que la tecnología de IA sigue evolucionando, la necesidad de directrices y acuerdos claros con respecto a la propiedad se vuelve cada vez más crucial.
Herramientas de terceros y posibles infracciones
La integración de herramientas de terceros se suma a los desafíos de derechos de autor que presenta la IA generativa en los juegos. Herramientas como Stable Diffusion, un generador de texto a imagen, plantean preocupaciones sobre posibles infracciones de los derechos de los artistas visuales y las empresas de medios. Las demandas presentadas contra Stability AI, la empresa detrás de Stable Diffusion, demuestran las complejidades y las implicaciones legales que surgen del uso de estas herramientas.
La aparición de sistemas generativos de IA ha dado lugar al término “máquinas de plagio”. Los juegos que utilizan dichos sistemas corren el riesgo de incorporar sin querer contenido de otros creadores, lo que podría conducir a una infracción de los derechos de autor. La posición de Latitude se alinea con Stability AI, afirmando que la salida de la herramienta no infringe los derechos de autor, lo que otorga la propiedad al usuario. El problema del uso de datos raspados de varias industrias creativas sigue sin resolverse.
Actualmente, las personas no pueden compartir historias basadas en imágenes con la función para compartir historias de AI Dungeon, pero la posibilidad de que los desarrolladores de juegos utilicen o permitan que los jugadores usen herramientas de IA de terceros para generar mapas en el juego o diálogos de NPC plantea preocupaciones. Esto "aumenta las apuestas", según Alina Trapova, aumentando el número de posibles infracciones y partes litigantes involucradas.
La integración de la IA generativa en los juegos ha creado un enigma de derechos de autor, que desafía las nociones tradicionales de propiedad y autoría. A medida que los jugadores contribuyen activamente a la creación de contenido en el juego, la necesidad de claridad y pautas con respecto a la propiedad se vuelve cada vez más urgente. La participación de herramientas de terceros agrega otra capa de complejidad, lo que puede conducir a infracciones de derechos de autor. Los desarrolladores de juegos, las empresas y el sistema legal deben unirse para enfrentar estos desafíos y establecer un marco que proteja los derechos de los creadores mientras aprovecha el potencial creativo de la IA generativa en la industria del juego.
Como advierte Alina Trapova, la revolución de la IA generativa está a punto de tener un gran impacto en el negocio del desarrollo de juegos. Se deben tomar medidas proactivas para abordar las implicaciones legales y garantizar que los problemas de derechos de autor relacionados con la IA generativa en los juegos se aborden adecuadamente.