La policía de Nueva Zelanda ha incautado millones de dólares en fondos bancarios, pertenecientes a un especialista en TI ruso, Alexander Vinnik, y su empresa. Los fondos se congelaron luego de la investigación de BTC-e, en la que se acusó a Vinnik de lavar dinero para malos actores.
La investigación de BTC-e condujo a la congelación de USD 140 millones
Según el informe del lunes, alrededor de $ 140 millones en bancos extraterritoriales fueron devueltos a Nueva Zelanda y congelados por la policía. Según los informes, estos fondos pertenecen a Vinnik y su empresa registrada en Nueva Zelanda denominada Canton Business Corporation .
El fondo se considera la cantidad más grande jamás restringida en Nueva Zelanda. Sin embargo, el desarrollo actual se considera parte de la investigación de BTC-e.
BTC-e es un cambio de moneda digital propiedad de Vinnik, y se operaba en los Estados Unidos. Desde hace un tiempo, Vinnik ha sido acusado de lavar una cantidad muy importante de dólares para sindicatos criminales a través de su intercambio.
BTC-e manejó más de $ 4 mil millones en transacciones de Bitcoin
Andrew Coster, el comisionado de policía de Nueva Zelanda, alegó que el cambio de moneda digital no se operaba con controles contra el lavado de dinero . Por esta razón, los ciberdelincuentes recurrieron a la plataforma para lavar los fondos mal habidos de actividades como piratería, estafas, tráfico de drogas y robo de criptomonedas.
En un momento, se pensó que el especialista en informática de 37 años representaba una gran amenaza para el sistema bancario internacional, a través de su intercambio. Luego de las investigaciones de BTC-e, el intercambio de moneda digital manejó más de $ 4 mil millones en transacciones en Bitcoin (BTC) en el anonimato.
El genio informático fue detenido en 2017, durante unas vacaciones en Grecia. Más tarde fue extraditado a Francia, mientras continuaban las investigaciones de BTC-e. Desde entonces ha permanecido bajo custodia en el país. La policía de Nueva Zelanda ha estado trabajando junto con las autoridades estadounidenses para abordar el asunto, que Coster dijo que es un "delito muy grave".
