Una estafa criptográfica de alto perfil conocida como estafa de 'matanza de cerdos', un término que se originó en Asia y alude al método de engordar un cerdo antes de sacrificarlo, ha estado en los titulares recientemente, atrapando incluso al titán de la industria, Binance, Binance su refriega. Sin embargo, un juez de distrito de los EE. UU. ahora ha desestimado las acusaciones contra la plataforma de intercambio de criptomonedas y dictaminó que Binance no estuvo involucrado en la estafa de USD 8 millones. La noticia llega a medida que aumenta la frecuencia de este tipo de estafas, lo que plantea desafíos importantes para las agencias de aplicación de la ley en todo el mundo.
La anatomía de una criptoestafa de matanza de cerdos
La estafa de la matanza de cerdos, una forma de fraude en línea que se dirige a las víctimas a través de la manipulación romántica y financiera, ha ido en aumento. En estas estafas, los estafadores inician contacto a través de aplicaciones de citas o mensajes de texto, construyendo una relación romántica con sus víctimas antes de presentarles una oportunidad de inversión de alto beneficio. Divya Gadasalli, la demandante en este caso, fue víctima de una estafa de este tipo y perdió más de $8 millones.
Gadasalli fue cortejada en el popular sitio de citas Tinder por un individuo dent como Jerry Bulasa. Bulasa, supuestamente una criptoinversionista exitosa, persuadió a Gadasalli para que invirtiera sus fondos a través de él. La inversión total de Gadasalli en un año superó los 8 millones de dólares. Cuando Gadasalli se dio cuenta de que no podía retirar fondos de su cuenta, presentó una demanda contra Bulasa, sus cómplices Dong Lian y Danyun Lin, y varias entidades, incluidas Binance y el intercambio de criptomonedas Poloniex.
Plataformas de criptomonedas y jurisdicción legal
En respuesta a la demanda, Binance solicitó un despido por falta de jurisdicción personal y por no presentar un reclamo. Gadasalli, por otro lado, afirmó que Binance era cómplice del esquema al proporcionar servicios de intercambio al estafador. Además, argumentó que Binance y su subsidiaria estadounidense, Binance .US, eran la misma entidad, ya que los clientes a menudo usaban redes privadas virtuales (VPN) para acceder a los servicios.
Sin embargo, el juez presidente Amos Mazzant desestimó estas afirmaciones y afirmó que Gadasalli no pudo establecer la participación de Binance en la operación fraudulenta. En su fallo, el juez Mazzant enfatizó que Binance y Binance .US tenían prohibido operar en Texas. Por lo tanto, incluso si las VPN se usaran para eludir las restricciones regionales, no sería suficiente para someter Binance a la jurisdicción personal de la Corte.
La decisión es un ejemplo significativo de los complejos problemas jurisdiccionales en el floreciente espacio criptográfico. A medida que los organismos encargados de hacer cumplir la ley se enfrentan a los desafíos de lidiar con el fraude de moneda digital, que probablemente sume miles de millones de dólares, se destaca la importancia de contar con pautas y regulaciones claras en el sector.