En un informe reciente de PeckShield, una de blockchain , sobre puntos de datos en tokens no fungibles (NFT), se destacaron algunos hallazgos interesantes. El informe revela que en junio de 2023 se robaron NFT por un valor aproximado de 2,27 millones de dólares, lo que representa el valor más bajo registrado de NFT robados durante todo el año. Esta cifra también indica una disminución significativa del 85 % en comparación con el pico de febrero, cuando los NFT robados ascendieron a la asombrosa cantidad de $16,2 millones.
Más allá del valor monetario de los activos robados, el análisis de PeckShield indica que los piratas informáticos se apresuran a vender sus NFT obtenidos de forma ilícita. Sorprendentemente, la mitad de los NFT robados señalados por la empresa se vendieron en un período de tiempo notablemente corto de tres horas. Esta rápida rotación sugiere que los piratas informáticos tienen pocas dificultades para descargar NFT en un período relativamente corto.
El informe también arroja luz sobre los mercados preferidos para vender NFT robados, con Blur y OpenSea emergiendo como las principales opciones. Una abrumadora mayoría de los NFT robados en junio, en concreto el 99,7%, se tramitaron a través de estas dos plataformas. Entre ellos, Blur manejó el 86% de las ventas, mientras que OpenSea representó el 13,76%.
NFT robados
En un desarrollo separado relacionado con NFT, una organización autónoma descentralizada (DAO) compuesta por titulares de la popular colección de NFT Azuki ha presentado una propuesta para contratar a un abogado. El propósito de emprender acciones legales es responsabilizar al fundador de Azuki, Zagabond. La DAO alega que Zagabond ha ganado aproximadamente 39 millones de dólares en Ether con las ventas recientes de la nueva colección de Azuki conocida como "Elementals".
Estos hallazgos recientes del informe , junto con el surgimiento de la iniciativa AzukiDAO, resaltan los desafíos y preocupaciones actuales dentro del espacio NFT. Además, la acción legal propuesta por AzukiDAO significa una creciente necesidad de responsabilidad y protección de los titulares de NFT, lo que indica el deseo de la comunidad de salvaguardar sus inversiones y garantizar un ecosistema justo y transparente.